Hace unos días se celebraba el Día de la mujer y hoy nos encontramos con dos mujeres excepcionales. Toda persona que las ha conocido se sorprende de su alegría contagiosa y su espíritu de oración constante. Su testimonio hace que muchas personas se acerquen a su casa para respirar, descansar, orar… pero siempre sabiendo que hay que volver a bajar la montaña. ¿Las queréis conocer?